Las salidas de clase no solo son experiencias placenteras en las que se fortalecen las relaciones personales y con la naturaleza. También son oportunidades para superar dificultades reales y para sentir la compañía del resto.

El entorno natural nos da la oportunidad de salir a buscar y conocer lugares nuevos, nos permite sentirnos con seguridad estando con el resto y dejar nuestros miedos y, al mismo tiempo, sentir el placer de superarnos.
Este tipo de experiencias invita a repensar el sentido de las cuatro paredes del aula.
Si te interesa esta noticia, puedes ampliarla aquí, en la revista Aula nº 278 de diciembre de 2018.
Esta entrada también está disponible en: Euskera