En la actualidad es complicado ser niño, porque es difícil tener hermanos con los que compartir el desarrollo, como difícil es salir de casa a jugar con los amigos y las amigas para vivir las experiencias fundamentales de aventura, descubrimiento y juego. Nacen pocos niños, y nacen cuando los padres ya son mayores.
Debemos interpretar este fenómeno como una denuncia de una sociedad insensible a las necesidades de los niños y los padres. Resulta necesario replantear las relaciones sociales y las características de nuestras ciudades, para que las niñas y los niños vuelvan a vivir en ellas sus imprescindibles experiencias de autonomía.
Puedes hacer click aquí para leer el artículo de Francesco Tonucci, publicado en el número 87 de Aula de Infantil.
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