La psicomotricidad acoge y permite la expresividad global del niño y favorece que afloren sentimientos y vivencias internas muchas veces inconscientes. Ofrece un espacio de expresión a nivel motriz y a nivel plástico. También favorece la comunicación, sobre todo la que se expresa con el cuerpo.
Permite a los niños y niñas jugar de una manera espontánea y autónoma y relacionarse de forma natural a partir de sus propuestas de juego en el que cada uno elige su propio rol.
Por otra parte, las sesiones de psicomotricidad establecen un tiempo para jugar en movimiento y un tiempo para mantener el cuerpo en reposo.
Aquí puedes consultar el artículo publicado en la revista Aula de Infantil.
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