Una auténtica educación transformadora se centra en trabajar para generar conciencia crítica en las personas, con el objetivo de avanzar hacia un desarrollo humano equitativo, justo y ecológico para todas las comunidades del planeta.

Este reto sólo se puede lograr si se trabaja de manera conjunta y en la misma dirección todos los actores educativos que intervienen en los procesos de formación de niños y niñas y jóvenes desde los diferentes ámbitos y contextos que les son propios.
Las propuestas educativas realmente válidas y transformadoras son aquellas en las que se implica a toda la comunidad.
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