En la propuesta educativa “La casa como taller” se invita a padres y madres a colaborar con la escuela, acompañando a sus hijos e hijas en las tareas domésticas que se convierten en los nuevos deberes, con lo que luego la escuela puede trabajar encontrando puntos de conexión con sus asignaturas y sus contenidos.

Si con el confinamiento la casa se ha convertido en el taller de la escuela, con la apertura, el taller de la escuela será la ciudad. Se propone renunciar al aula y utilizar rodos los espacios de la escuela, incluidos pasillos, entradas, sótanos, para ser destinados a talleres con su propio equipo y herramientas adecuadas.
La pandemia abre la posibilidad de hacer un uso diferente de los recursos educativo, y es una posibilidad genial que deberíamos aprovechar
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