Los conflictos son inherentes a las relaciones humanas; la convivencia va asociada a la posibilidad de que surjan desencuentros o choques entre las personas. Esto se constata en el seno de nuestras familias, en nuestros grupos de amistad y en la escuela.

La educación para la convivencia en las escuelas plantea que la comunidad educativa debe aprender a anticipar, detectar e intervenir de forma positiva ante los conflictos. De esta forma los conflictos son vistos como una buena oportunidad de aprendizaje y de transformación de la escuela en un lugar en el que todo alumnado tiene lugar.
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