El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, o TDAH, provoca debates y posturas enfrentadas en las escuelas, consultas médicas y psiquiátricas, medios de comunicación y familias de todo el mundo. Las charlas que defienden la fiabilidad diagnóstica y la utilidad de la medicación, y también las que critican un sobrediagnóstico y hablan de peligrosas secuelas, proliferan desde hace años.
El Colegio de Psicólogos de Navarra reunió en una jornada en el salón de actos del Condestable a representantes de ambos sectores. Por un lado, Fernando García de Vinuesa, licenciado en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid y autor de una obra cuyo título explica su postura: «Volviendo a la normalidad. La inveción del TDAH.»
Por otro, Javier Royo Moya, médico psiquiatra infantil del Servicio Navarro de Salud, experto en diagnóstico y tratamiento del trastorno desde hace 20 años.
El presentador fue Mikel Valverde, psicólogo clínico en Psquiatría en el Complejo Hospitalario de Navarra. Realizó una introducción:
En España no ha habido debates sobre TDAH y son básicos para avanzar.
A lo que García de Vinuesa rebatió:
En EEUU hay 5 millones de niños que desayunan anfetaminas para tratar un TDAH que ha nacido como fruto de impresiones y opiniones, no de hechos.
Evaluar el TDAH convierte la distracción en patología.
Los estimulantes contra el TDAH funcionan más para los profesores que para el niño.
¿Las drogas en las discotecas tienen riesgos mortales pero en las aulas no?
En el colegio había una niña en clase que no miraba nunca a la pizarra. Siempre inquieta, abstraída, sin hablar. Su profesora estaba convencida de que tenía un TDAH claro, pero yo, tras muchas sesiones con ella, descubrí que era acoso escolar. Se reían de ella por un problema en el ojo y la niña no prestaba atención en clase porque estaba tensa mirando si le hacían burla sus compañeros.
Javier Royo le dió respuesta utilizando tes ejemplos de otras tantas enfermedades con tres viñetas: en la primera aparecía un niño como ausente, en la segunda un adolescente que camina por la calle sintiéndose observado y en la tercera un niño triste, sin ganas de nada.
A mí me ha gustado su presentación- dijo mirando a García de Vinuesa- pero yo soy clínico y veo diagnósticos, síntomas. Las tres viñetas parecen representar a niños con TDAH, pero son casos de autismo, esquizofrenia y depresión respectivamente. Claro que el diagnóstico es subjetivo, pero tampoco se conocen las causas de esas tres enfermedades y no las ponemos en duda. En cambio eso se le ataca al TDAH: que si no hay marcador biológico, ni genético, que es subjetivo… yo creo que todo consiste en tener capacidad clínica para ver qué pasa y como repercute en el paciente.
Para Royo, el TDAH tiene base neurológica y es la suma de varios factores. Con todo, coincidió con el anterior ponente en hablar de sobrediagnóstico:
Recuerdo cuando hace 20 años no había ningún TDAH en el aula. Y no era cierto. Ahora hay hasta 7 por clase. Imposible. Por qué se produce el sobrediagnóstico? Pues depende de la exigencia en el diagnóstico. Yo soy anti test, el diagnóstico exige experiencia y tiempo, no se puede hacer en 15 minutos. Pero sí tras un análisis pausado.
También opinó sobre la medicación, en la que dijo que es fundamental la relación que se establece con el paciente en la consulta para canalizar dosis y valora efectos positivos y negativos.
Es irreal pensar que la medicación solventa todos los problemas, pero también magnificar los riesgos del tratamiento farmacológico. Los detractores del TDAH hablan del riesgo grandísimo de psicosis, pero no hay estudios que lo avalen. Llevo 20 años viendo a niños y nunca he visto cuadros de psicosis después de estos tratamientos. Los he visto antes. Asumir que la práctica médica genera esquizofrenia o trastorno bipolar… no es cierto. ¿Riesgos cardiológicos? En los estudios no aparece. Descarta absolutamente que genere infartos. ¿Aumenta los suicidios? El mayor estudio que hay dice que hay más riesgo de suicidio en quien no se medica al tener TDAH. Medicar a un niño no es nada sencillo, y no se hace de entrada. Tampoco los padres quieren medicarlo a toda costa ni a los niños les gusta. Hay que sopesar pros y contras y convencer a las familias.
Entre el público también había opiniones encontradas. Mientras una pediatra de atención primaria indicaba que en los casos que le derivaban, creía que:
hay muchos problemas familiares ligados a la exigencia laboral, académica, emocional y la manera de contentar a todos es medicar.
Otro médico otorrinoralingólogo apuntaba que los médicos son gestores de incertidumbre y habían aprendido con los años a detectar TDAH.
Yo en la carrera no estudié la fiebre hemorrágica del Ébola o el Alzheimer y hoy están aquí. La presión de la industria farmacéutica de la que habla también ayudó a desarrollar fármacos para esas enfermedades, o el cáncer.
Los docentes, con una amplia representación en la sala, preguntaron:
Si la educación actual no fuese tan arcaica, si se apostase por educar en proyectos o descubrimientos, ¿tendríamos el mismo número de diagnósticos?
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Publicado en Diario de Navarra el 1/11/2015.
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