La calidad de la convivencia del profesorado se ve reflejada en el respeto personal y profesional, en la ayuda mutua, en la colaboración, en la facilidad para llegar a acuerdos. Todo esto repercute en el clima del centro y directamente en las aulas. Detrás de una buena convivencia del alumnado hay un claustro con valores compartidos.
El equipo que dirige al centro educativo ha de preparar cuidadosamente la acogida del profesorado para que encuentre una mano abierta, cordial y entusiasta en las personas que dirigen el centro.
Una escuela inclusiva necesita de un claustro inclusivo formado por profesorado diferente y diverso donde se distribuya el liderazgo y la responsabilidad entre las personas entusiastas y las desmotivadas.
Aquí puedes leer el artículo publicado en la Revista Aula de Secundaria.
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